La respuesta de los briófitos al efecto devastador de los incendios forestales en Canarias, y su utilización como bioindicadores de los procesos de sucesión secundaria subsiguientes, centran ahora mismo la actividad investigadora de nuestro entrevistado.
D. Ruymán David Cedrés Perdomo, biólogo colegiado del COBCAN, se encuentra en la actualidad elaborando su Tesis Doctoral en el Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna.
Desde el COBCAN queremos agradecerle profundamente que haya dedicado su tiempo a responder a nuestras preguntas, así como que haya compartido con ustedes su visión de nuestra profesión.
Breve reseña de tu trayectoria como biólogo
No es que lleve mucho en esto, pues me gradué en 2016 por la Universidad de La Laguna. Siempre me gustó la botánica (en todas sus ramas), pero fue en el Trabajo de Fin de Grado donde me centré en los briófitos y de donde surgió mi primer artículo científico. Tras graduarme, conseguí una beca de verano en el área de medioambiente del Cabildo de Fuerteventura. Después de ello hice el Máster en Biodiversidad Terrestre y Conservación en Islas, culminando con el Trabajo de Fin de Máster en el Plant Conservation Research Group del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal, del que soy miembro desde entonces, donde seguí trabajando con briófitos con una aproximación a lo que trataría mi tema central de tesis.
Me matriculé en la tesis doctoral y pude trabajar a cargo de proyectos en el mismo equipo de investigación, con trabajos de banco de semillas, vallados de exclusión de herbívoros y modelización de distribución potencial de especies vegetales en escenarios futuros de cambio climático. Después de un tiempo, conseguí mi contrato predoctoral gracias a la ACIISI (Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, Gobierno De Canarias). De este modo, pude centrarme más en mi tesis, sin dejar de colaborar en otros proyectos de investigación en vigor, analizando la viabilidad de semillas de especies endémicas o la productividad de flores y frutos en diversas especies vegetales de las islas. Actualmente me encuentro en la fase final de la tesis, que espera ser defendida a comienzos del 2024. En el futuro, me encantaría seguir dedicándome a la investigación y a la conservación vegetal en sentido amplio; me gustaría colaborar en proyectos que, de manera activa, garanticen la supervivencia de las poblaciones de especies nativas con distribución muy restringida.
¿Por qué decidiste ser biólogo?
Desde pequeño siempre sentí atracción por la naturaleza. Soy de Fuerteventura y mi familia siempre estuvo muy arraigada al medio. Por una parte, mi padre tiene mucha afición por la pesca, y pasaba muchos veranos y fines de semana en la playa (más dentro del agua que fuera). Por otra, mi madre provenía de una familia de agricultores y ganaderos, por lo que también disfrutaba yendo al campo, sobre todo cuando llovía y había un poco de verdor en la isla, o cuando íbamos a recoger moras, higos, granadas… Siempre me maravilló desde el ‘’bichito’’ más pequeño hasta el ave más grande, como el guirre, o desde las pequeñas algas que veía en los charcos hasta los grandes bosquetes de tarajales de la isla. Además, toda la vida viví rodeado de muchas mascotas, y disfrutaba también con las labores de jardinería. Mientras cuidaba de las plantas, también rescataba gusanos (que impedía que fueran a la basura) que guardaba y alimentaba para observar su ciclo hasta llegar a mariposa. También hacia mis ‘’pinitos’’ de laboratorio, y es que me encantaba experimentar mezclando y triturando todo lo que estuviera a mi alcance. Creo que, con todas estas experiencias, es normal que desde una edad muy temprana supiera a lo que quería dedicarme.
¿Cuándo decidiste colegiarte? ¿Por qué?
Me colegié al poco de comenzar la tesis doctoral, pues pensé que podría ser útil para enterarme de cursos o jornadas que me pudiesen interesar. También fue que varios compañeros y amigos de mi promoción se colegiaron y pensé que sería vital para nuestra profesión poder hacer ‘’piña’’ para un futuro mejor de la biología en general.
¿Cuáles son tus líneas principales de trabajo?
En la actualidad me dedico, fundamentalmente, al tema central de mi tesis, que es el efecto de los incendios en la riqueza y composición de los briófitos de pinar y laurisilva. Sin embargo, sigo colaborando en otros proyectos que tratan sobre la flora vascular. En este sentido, y como ya comenté, he trabajado analizando los efectos de los herbívoros introducidos en la flora, el estado de los bancos de semillas en diversos espacios naturales de las islas y estudios sobre la distribución de las especies en escenarios de cambio climático, así como análisis sobre la viabilidad de semillas de especies endémicas.
¿Qué destacarías en la actualidad de tu ámbito de trabajo?
El trabajo y la dedicación que requiere la investigación. Son muchas horas invertidas, muchas horas extras que nadie te va a reconocer y que, a veces, ni se valoran. Tiene que haber mucha vocación y amor por lo que haces, porque no es algo que, actualmente, esté bien remunerado, y mucho menos bien recompensado, pues son muchos sacrificios de tiempo de calidad con tu familia, pareja, amigos…
¿Qué es lo que te apasiona de tu profesión? ¿Y lo que menos te gusta?
Lo que más me apasiona es que se descubren cosas constantemente. A veces son cosas que no tienen gran relevancia, pero otras veces sí. Un día descubres una cita nueva de una especie y otro día descubres que aún, ni trascurriendo 60 años tras el incendio, la composición y riqueza de briófitos no se ha recuperado en áreas de laurisilva. Con estas cosas, nunca dejas de aprender, no solo de tu campo, sino de áreas relacionadas o afines, y esto te hace ilusionarte y motivarte cada vez más. Lo que menos me gusta de la investigación es la presión que se sufre, constantemente, por conseguir méritos. La investigación es una carrera de fondo, tienes que permanecer atento a cualquier oportunidad que se te plantee (y te sume un “papelito”), sin importar el esfuerzo o tiempo que te lleve si quieres seguir obteniendo currículum. Si bien es cierto que soy muy inquieto, y me gusta apuntarme a cosas todo el tiempo, si encima tienes también la presión añadida de estar siempre aumentando el currículum, para concurrir a posibles plazas, puede que llegues un momento en el que no puedas más.
¿Qué le dirías a un recién graduado en Biología? ¿Y a alguien que esté pensando en hacer un doctorado?
A un recién graduado, le diría que explore todas las opciones y oportunidades que se le plantee y que no descarte nada, que confíe en el destino y que se deje llevar. Nunca se sabe dónde le va a colocar la vida. Puede gustarte un campo y, de repente, interesarte por otro en el que, sorprendentemente, eres más bueno de lo que creías, y es probable que te termine gustando. En este proceso también es posible equivocarse, y no hay ningún problema por ello, hay que permitirse ese lujo porque todo suma, todo son experiencias.
A un potencial doctorando, le diría que se busque un buen director de tesis que le dedique el tiempo que necesite, y que su tesis se enmarque en algún proyecto en vigor, en relación directa con lo que esté trabajando su tutor, pues seguramente todo salga y camine más rápido, porque interesa, pues hay unos ‘’deadlines’’ fijados en los proyectos. De no ser el caso, es muy aconsejable que el director sea alguien entregado, pues es lo más importante de todo. También le diría que ¡mucho ánimo! y paciencia, porque el camino no es nada fácil, y a veces hay cosas que no dependen de uno, y eso es lo más frustrante. También, que hay que ser consciente de dónde se mete, que la investigación es dura, y que hay que estar preparado psicológicamente para ello.
¿Crees que el Colegio Oficial de Biólogos de Canarias podría fomentar el uso de indicadores menos convencionales, como es el caso de los briófitos, para analizar perturbaciones en el medio? ¿Cómo?
Creo firmemente que se debe de dar la importancia que tienen las criptógamas como bioindicadoras de perturbación. Son las primeras en evidenciarla y en reaccionar a la misma, y las primeras en aparecer en condiciones idóneas, y pueden actuar de ‘’chivatos’’ de las condiciones que tiene ese lugar. En el caso particular de los briófitos, creo que se debe de invertir en formar y dar más charlas sobre este grupo y sobre su identificación, conservación y manejo. Me consta que ya en algunos encargos a ciertas empresas que se dedican a la gestión, han empezado a tener en cuenta a este grupo en sus estudios, algo que me parece de vital importancia, pues las plantas vasculares te pueden dar una información sesgada en algunos estudios sobre la conservación o no de un sitio o sobre el estado de este tras una perturbación.
A propósito de esto, recientemente impartiste un webinar organizado por el COBCAN, titulado Los briófitos: los desconocidos bioindicadores de perturbación. Nos has hablado con detalle sobre el interés de este grupo taxonómico. Coincidiendo con tu opinión anterior, algunos ecólogos consideran que la investigación está excesivamente centrada en grupos como las plantas vasculares, mamíferos o insectos ¿Crees que abordar el estudio de grupos “minoritarios” podría modificar nuestra percepción de los ecosistemas?
Por supuesto que sí. De hecho, valorar el estado de conservación de los ecosistemas utilizando solo un grupo taxonómico, es sesgar enormemente tu estudio. Es entendible que en las investigaciones no se puede abarcar todo, pero, entonces, debemos de ser cautelosos con las conclusiones a las que llegamos (o creemos llegar), pues no hemos estudiado la biodiversidad en su conjunto.
Precisamente, a una de las conclusiones que llego con los trabajos que he realizado en mi tesis es que los incendios no afectan de igual forma a las plantas vasculares que a los briófitos, porque, para empezar, los briófitos no son palatables para los herbívoros invasores. Esto nos permite comparar la composición y riqueza en este grupo entre parcelas incendiadas de una manera más fiel y real que como se ha hecho para flora vascular. Algunos estudios realizados en Canarias sobre los efectos del fuego llegan a la conclusión de que éste no afecta a la riqueza o composición en plantas vasculares. El problema surge cuando estos estudios se realizan en ambientes profundamente transformados, como pasa en el pinar, muy afectado por la herbivoría. Entonces, en este caso, estás comparando la riqueza y composición entre parcelas ya transformadas, en las que solo quedan especies no consumidas por los herbívoros, y que proliferan rápidamente tras un incendio, que suelen ser el mismo elenco de taxones (pinos, codesos, jaras…). En este caso, lo ideal sería analizar los efectos de los incendios en grupos taxonómicos indicadores de las condiciones ambientales y, como ya hemos dicho, que actúen como bioindicadores de la calidad e integridad de los ecosistemas, y que no sean afectados por otras variables, para no llegar a conclusiones equívocas. De igual manera, lo ideal sería estudiar la biodiversidad en su conjunto, ello nos daría una visión más general y realista del alcance y magnitud que, en este caso, esta perturbación puede tener en los ecosistemas.
¿Qué esperas del Colegio?
Lo primero, que siga con estos webinars, porque me parece una idea estupenda nutrirnos de lo que hace un compañero de otra área una vez al mes. Por otra parte, me gustaría que siguiera fomentando cursos, charlas o ferias de interés para la ciencia, y que eso también nos permita llevar la Biología en general al público, porque una sociedad culta en esta ciencia ayudaría mucho en la opinión pública para según qué atrocidades ocurren en el medio, por ejemplo. En este sentido, creo que es de vital importancia incentivar y contribuir a la sensibilización ambiental, y formar en materia de conservación de la biodiversidad al público de a pie.
10 cosas sobre… Ruymán David Cedrés Perdomo.
1. Un lugar: Garajonay
2. Una causa perdida: La fuga de cerebros
3. Un referente de vida: Mi madre
4. Un/a científico/a: Rosalind Franklin
5. Un ser vivo: Mi perrita Brownie
6. Un libro o publicación: Marina (Carlos Ruiz Zafón, 1999)
7. Una comida: Sushi
8. Un deporte: Snorkel
9. Un hobby: Ir de pateos (sobre todo en la laurisilva).
10. Un reto: La conservación del medio natural canario.